El Cerebro Divergente: TEA, TDAH y el Proceso de la Información
1. Trastornos del Neurodesarrollo: Un Origen Común
Ambos, TEA (Trastorno del Espectro Autista) y TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad), se inician en la infancia o adolescencia. Son cuadros diagnósticos vinculados al funcionamiento del sistema nervioso.
La ciencia reconoce una base genética en ambos. De hecho, hay superposiciones de variaciones genéticas (CNV) entre el TDAH y el autismo, y la comorbilidad es alta (30-50% en TDAH presentan otras condiciones, y el TDAH es frecuente en TEA).
Diferencia Crucial
Es fundamental distinguir entre condición y trastorno. El TEA se conceptualiza cada vez más como un neurotipo único (una forma distinta de procesar). El TDAH se define como un trastorno cuando la dificultad biológica dificulta o imposibilita la adaptación al medio.
2. TEA: La Singularidad del Procesamiento
La mente autista tiende a procesar la información parte por parte, enfocándose en el detalle por encima de la globalidad o el contexto. Esto explica por qué a veces son extraordinariamente hábiles en ciertas áreas (memoria, matemáticas).
Existe una dificultad para comprender, predecir e interpretar los estados mentales ajenos (creencias, deseos e intenciones). Esta es la base de las dificultades en la conducta social.
Las personas autistas son a menudo hiperrealistas, lo que les dificulta entender el lenguaje figurado, las metáforas o los dobles sentidos. Necesitan un aprendizaje explícito de conceptos que los neurotípicos aprenden de forma implícita (como el concepto de familia o las normas sociales).
3. TDAH: El Director de Orquesta Desatento
El núcleo del TDAH es la alteración en los mecanismos cerebrales encargados de la autorregulación.
Las FE son las capacidades que permiten analizar lo que se quiere, planificar cómo conseguirlo y llevarlo a cabo. El TDAH se relaciona con fallas en la planificación, la organización, la inhibición de respuestas impulsivas y la memoria de trabajo.
El TDAH es una alteración para la inhibición de conductas. Esto se traduce en impaciencia, dificultad para tolerar esperas y tomar decisiones impulsivas.