El Viaje Comienza Aquí: Admitir, Aceptar y Actuar

Cuando se recibe el diagnóstico de TEA o TDAH, el shock es normal. La forma en que se comunica el diagnóstico es crucial y debe centrarse en las oportunidades y fortalezas.

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Psicoeducación: El Primer Pilar

Eliminar la Culpa: El trastorno tiene una base neurobiológica y genética. Los padres no son culpables de que su hijo presente TDAH, al igual que no lo serían si padeciera epilepsia o diabetes.

Transicionar de Trastorno a Condición: Si la comunicación se limita a los déficits, se genera un diagnóstico patológico que puede conducir al duelo. El enfoque debe ser neutro, centrado en las dificultades en la interacción y en las adaptaciones necesarias por parte del entorno.

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El Equipo Multidisciplinar (Intervención Multimodal)

La atención requiere un trabajo interdisciplinario, de mutua colaboración y sistémico. Es crucial contar con:

  • Neurólogos/Psiquiatras
  • Psicólogos
  • Terapeutas Ocupacionales
  • Fonoaudiólogos
  • Psicopedagogos

Los padres deben ser involucrados en programas de asesoramiento y entrenamiento en modificación de conducta. Esto es indispensable en autismo para la generalización de aprendizajes.

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Comunicación con el Niño (Separar la Persona del Diagnóstico)

Lenguaje Positivo: Explíquele que la evaluación nos ayudó a saber por qué le cuesta hacer algunas cosas, pero que no le definen.

Fortalezas: Ayúdele a reconocer sus fortalezas y habilidades. El foco debe estar en rescatar y aprovechar las habilidades que no están alteradas.